domingo, 10 de junio de 2007

Introducción

La intención de este meticuloso trabajo es dar a conocer a este gran personaje que fue capas de sacar de un gran hundimiento en el cual estaba la Alemania contemporánea. Daremos a conocer la vida de este personaje, como es que se le engendro ese odio hacia los judíos y por lo general hacia las demás naciones que se le contraponieran en sus ideologías. También mostraremos como fue que escalo poco a poco en la política hasta el punto de poseer la chancillería y posteriormente líder del Reichstag, sus métodos de persuasión ante el pueblo alemán para inculcarle la supremacía de Alemania y su odio ante los judíos.


Le daremos respuesta a la gran interrogante que nos sigue desde la II W.W ¿Cómo fue posible que un hombre desde la miseria de la vida llego hasta la chancillería y la posible hegemonía de Europa y talvez del mundo?, “es probable que aya sido por la extremada inteligencia que este poseía, el propósito tan grande de poseer el mundo y esa sed de venganza ante los causantes (según el) de la crisis económica del país”. (pequeña hipótesis que concluiremos en la conclusión)


La información que fue extraída para realizar esta pagina se saco de distintos accesos, ya sea por medio de paginas de Internet, libros sobre la segunda guerra mundial y que relatan las obras de Hitler y otros anexos que hablen sobre nuestro personaje.


Finalizando esto, los dejo ante este minucioso trabajo y espero que les sea de total utilidad para sus conocimientos y preguntas que posean.

Biografía



Máximo dirigente de la Alemania nazi (Braunau, Bohemia, 1889 - Berlín, 1945). Hijo de un aduanero austriaco, su infancia transcurrió en Linz y su juventud en Viena. La formación de Adolf Hitler fue escasa y autodidacta, pues apenas recibió educación. En Viena (1907-1913) fracasó en su vocación de pintor, malvivió como vagabundo y vio crecer sus prejuicios racistas ante el espectáculo de una ciudad cosmopolita, cuya vitalidad intelectual y multicultural le era por completo incomprensible.
De esa época data su conversión al nacionalismo germánico y al antisemitismo. En 1913 Adolf Hitler huyó del Imperio Austro-Húngaro para no prestar servicio militar; se refugió en Múnich y se enroló en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La derrota le hizo pasar a la política, enarbolando un ideario de reacción nacionalista, marcado por el rechazo del nuevo régimen democrático de la República de Weimar, a cuyos políticos acusaba de haber traicionado a Alemania aceptando las humillantes condiciones de paz del Tratado de Versalles (1918).
De vuelta a Múnich, Hitler ingresó en un pequeño partido ultraderechista, del que pronto se convertiría en dirigente principal, rebautizándolo como Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP).
En 1923 fracasó en un primer intento de tomar el poder desde Múnich, apoyándose en las milicias armadas de Ludendorff («Putsch de la Cervecería»). Fue detenido, juzgado y encarcelado, aunque tan sólo pasó en la cárcel un año y medio, tiempo que aprovechó para demostrar sus estrafalarias ideas políticas en un libro que tituló Mi lucha y que diseñaba las grandes líneas de su actuación a futuro.
De nuevo en libertad desde 1925, Hitler reconstituyó el NSDAP expulsando a los posibles rivales y se rodeó de un grupo de colaboradores fieles como Goering, Himmler y Goebbels. La profunda crisis económica desatada desde 1929 y las dificultades políticas de la República de Weimar le proporcionaron una la audiencia creciente entre las legiones de parados y descontentos dispuestos a escuchar su propaganda demagógica, envuelta en una parafernalia de desfiles, banderas, himnos y uniformes.
Combinando hábilmente la lucha política legal con el uso ilegítimo de violencia en las calles, los nacionalsocialistas o nazis fueron ganando
peso electoral hasta que Hitler -que nunca había obtenido mayoría- se hizo confiar el gobierno por el presidente Hindenburg en 1933.
Desde la Cancillería, Hitler destruyó el régimen constitucional y lo sustituyó por una dictadura de partido único basada en su poder personal. Así fue creado el Tercer Reich, un régimen totalitario basado en un nacionalismo exacerbado y en un complejo de superioridad racial sin fundamento científico alguno
Tras la muerte de Hindenburg, Hitler se hizo nombrar Führer o “caudillo, líder” de Alemania y se hizo prestar juramento por el ejército. La sangrienta represión contra los disidentes culminó en la purga de las propias filas nazis durante la «Noche de los Cuchillos Largos» (1934) y la instauración de un control policial total de la sociedad, mientras que la persecución contra los judíos, iniciada con las racistas Leyes de Núremberg (1935) y con el pogromo conocido como la «Noche de los Cristales Rotos» (1938) culminó con el exterminio sistemático de los judíos europeos a partir de 1939 (la «Solución Final»).
La política internacional de Hitler fue la clave de su prometida reconstitución de Alemania, basada en desviar la atención de los conflictos internos hacia una acción exterior agresiva. Se alineó con la dictadura fascista italiana, con la que intervino en auxilio de Franco en la Guerra Civil española (1936-1939), ensayo general para la posterior contienda mundial; y completó sus alianzas con la incorporación del Japón en una alianza antisoviética (Pacto Antikomintern, 1936) hasta formar el Eje Berlín-Roma-Tokyo (1937).
Militarista convencido, Hitler empezó por rearmar al país para hacer respetar sus demandas por la fuerza (restauración del servicio militar obligatorio en 1935, remilitarización de Renania en 1936); con ello reactivó la industria alemana, redujo el paro y prácticamente superó la depresión económica que le había llevado al poder.
Luego, apoyándose en el ideal pangermanista, reclamó la unión de todos los territorios de habla alemana: primero se retiró de la Sociedad de Naciones, rechazando sus métodos de arbitraje pacífico (1933); luego forzó el asesinato de Dollfuss (1934) y el Anschluss o anexión de Austria (1938); a continuación invadió la región checa de los Sudetes y, tras engañar a la diplomacia occidental prometiendo no tener más ambiciones (Conferencia de Múnich, 1938), ocupó el resto de Checoslovaquia, la dividió en dos y la sometió a un protectorado; aún se permitió arrebatar a Lituania el territorio de Memel (1939).
Pero, cuando el conflicto en torno a la ciudad libre de Danzig le llevó a invadir Polonia, Francia y Gran Bretaña reaccionaron y estalló la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Hitler había preparado sus fuerzas para esta gran confrontación, que según él habría de permitir la expansión de Alemania hasta lograr la hegemonía mundial (Protocolo Hossbach, 1937); en previsión del estallido bélico había reforzado su alianza con Italia (Pacto de Acero, 1939) y, sobre todo, había concluido un Pacto de no-agresión con la Unión Soviética (1939), acordando con Stalin el reparto de Polonia.
El moderno ejército que había preparado obtuvo brillantes victorias en todos los frentes durante los primeros años de la guerra, haciendo a Hitler dueño de casi toda Europa mediante una «guerra relámpago»: ocupó Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Yugoslavia, Grecia. (mientras que Italia, España, Hungría, Rumania, Bulgaria y Finlandia eran sus aliadas, y países como Suecia y Suiza declaraban una neutralidad benévola).
Sólo Gran Bretaña resistió el intento de invasión (batalla aérea de Inglaterra, 1940-41); pero la suerte de Hitler empezó a cambiar cuando lanzó la invasión de Rusia, respondiendo tanto al ideal anticomunista básico del nazismo como al proyecto de arrebatar a la «inferior» raza eslava del este el «espacio vital» que soñaba para engrandecer a Alemania (1941). A partir de la batalla de Stalingrado (1943), el curso de la guerra se invirtió y las fuerzas soviéticas comenzaron una contraofensiva que no se detendría hasta tomar Berlín en 1945; simultáneamente se reabrió el frente occidental con el aporte masivo en hombres y armas procedente de Estados Unidos (involucrados en la guerra desde 1941), que permitió el desembarco de Normandía (1944).
Derrotado y fracasados todos sus proyectos, Hitler vio cómo empezaban a abandonarle sus colaboradores y la propia Alemania era arrasada por los ejércitos aliados; en su limitada visión del mundo no había sitio para el compromiso o la rendición, de manera que arrastró a su país hasta la catástrofe y finalmente se suicidó en el búnker de la Cancillería de Berlín donde se había refugiado, después de haber sacudido al mundo con su sueño de hegemonía mundial de la «raza» alemana, que provocó una guerra total a escala planetaria y un genocidio sin precedentes en los campos de concentración.

Contexto Histórico

-Parte I
-Parte II

Parte I

Como ya fue nombrado anteriormente, Hitler fue participe de la I W.W, reclutado en Alemania, Munich , en el cual llego a ser cabo .Gracias a su perseverancia y al ser un soldado extremadamente valiente, que se ofrecía a realizar misiones peligrosas como el llevar mensajes entre trincheras o cuarteles, se le otorgo la “Cruz de Hierro”. En 1918 Hitler cae herido tras el lanzamiento de un gas mostaza. Es llevado al hospital Passewalk en donde es sometido a algunas cirugías.

Durante la estancia en el hospital recibe la noticia de que Alemania a sido vencida y la guerra que esta a llegado a su fin. Es en este extracto de la historia cuando Hitler comienza con su afán al nacionalismo, su odio y rechazo a las demás tendencias políticas, como el comunismo y sus propagandas de los Bolcheviques corriendo por todas partes, y la actual republica demócrata de Weimar con sus políticos a los cuales acusaba de haber traicionado a Alemania al haber aceptado las desilucionantes condiciones del “tratado de paz de Versalles” (1918). Al haber acabado la guerra Hitler queda nuevamente en la pobreza por lo cual decide quedarse en el cuartel de Munich. Es aquí donde le asignan una misión; espiar a todas las tendencias políticas existentes en Alemania para corroborar que no estén planeando un atentado ante el orden del país. Lo único que tenia que hacer es asistir a las reuniones que se realizaban en los partidos y es aquí en donde asiste al “Partido obrero Alemán” (DAP). Es así como el 19 de Octubre comienza su carrera política. Luego es el quien se convierte en el líder principal del partido en donde deja caer toda su ira sobre los culpables (según el) de la miseria en Alemania: los judíos, comunistas y todas las tendencias contrarias a la suya. Al tiempo de poseer una gran cantidad de partidarios (por lo general la clase descontenta al régimen: clase media y baja) Hitler rebautizara el partido obrero alemán (DAP) por “el partido nacional socialista de los trabajadores alemanes” (NSDAP)

El 9 de noviembre el partido “nazi” (NSDAP) con Hitler a la cabeza convoco una reunión con los políticos mas distinguidos de Alemania. En medio de la reunión Hitler intento dar un golpe de estado derrocando del a la republica demócrata. Entró junto a Goering y 25 miembros del partido debidamente armados, se paró en una silla disparo al aire y caminó hacia la tarima de oradores y dijo:
"¡La revolución Nacional ha comenzado! ¡Esta sala se halla tomada por seiscientos hombres armados! El gobierno de Baviera y el del Reich han sido abolidos y acaba de formarse un gobierno nacional provisional. Los cuarteles del ejército y la policía han sido ocupados y tropas y policías marchan hacia la ciudad con el emblema de la svástica (símbolo nazi). "
Sin embargo, dicho golpe de estado fracasó debido a que los principales personajes involucrados no estaban convencidos de la manera en que se harían las cosas. Tales personajes eran Von Lussow (jefe del ejército de Baviera), Gustav Von Khar (comisario del gobierno central de berlín) , el general Ludendorf (héroe de guerra de muy alto prestigio) y Seisser . Luego de esto, Adolfo Hitler es condenado a 5 años de prisión por el tribunal asignado, cumpliendo solo 9 meses.
Durante su estancia en la cárcel, Adolfo Hitler aprovecha el tiempo para dictarle a Rudolf Hess la primera parte de su libro “Mi lucha”, que es una especie de autobiografía donde puede darse rienda suelta y explicar abiertamente sus ideas e ideales además del clásico discurso inquisidor contra los judíos y la divinización de la raza aria y una Alemania para los alemanes. En 1924 Adolfo Hitler sale en libertad y vuelve a la actividad del partido, pero ahora optando por la vía democrática como medio de tomar el poder.

Parte II

Parte II

Como nuevo medio para obtener popularidad comienza a realizar campañas (dirigidas por Joseph Goebbels) propagandistas, exaltando los ideales del partido, tomando siempre los sentimientos y emociones como arma principal. La crisis de1929 afecta especialmente a Alemania y la clase media ve la salvación en el nazismo ante el influjo comunista. Tras alcanzar gran popularidad, Hitler se postula como candidato en las elecciones de Marzo de 1932 contra Hindemburg, este último resultando ganador. Sin embargo, a causa de la inmensa cantidad de gente que votó a su favor, a Hitler se lo otorga la cancillería después de la muerte de Hindemburg. Luego de eso, fusionando el puesto de canciller con el de Führer, Hitler queda como líder supremo del Reichstag, el tan famoso tercer Reich. El Reich de los mil años.

Hitler, con una vez el poder en sus manos, continuo tomando medidas tanto internas como externas para asegurar la soberanía del pais. En el sarre , logra expulsar a los franceses a través de la mayoría de votación en un plebiscito decretado por el. Purga las filas nazis durante la " Noche de los Cuchillos Largos " en 1934, donde quita del camino a su antiguo amigo Ernst Röhm, líder de las S.A., un grupo armado que ayudó a Hitler a incrementar su campo de acción a través del miedo que inflingían y a combatir a los comunistas. El tratado de Versalles significa casi nada para Hitler, puesto que en contraposición contra el mismo, comienza la militarización de Alemania, al mismo tiempo que lanza el " Anchluss ", que es la anexión de Austria. El tratado de Versalles y la sociedad de naciones poco pueden hacer con su "política de apaciguamiento". Hitler Restaura el servicio militar obligatorio en 1935 y remilitariza Ranania en 1936. Es curioso notar que la vía para superar la desastrosa situación económica de Alemania fuera la remilitarización, la industria armamentista. Una policía paramilitar es creada, conocida como “La Gestapo”, para controlar el orden y velar por la seguridad del estado y la pureza de la raza aria. Poco a poco el odio hacia los judíos de parte de la población ha ido creciendo y en 1938 tiene lugar la " Noche de los cristales rotos ", cuando miles de judíos fueron asesinados y sus tiendas y posesiones destruidas, en una violenta represión, violencia que degeneró en los campos de concentración, en donde los judíos eran llevados y algunos eran obligados a trabajar mientras que otros pasaban directamente a ser exterminados. Seis millones de judíos murieron en estos campos. Los campos de exterminio, donde Hitler llevaría a cabo el asesinato sistemático de los judíos, fue conocido como "La solución final".

Dentro de las maniobras externas que Hitler utilizo, fueron la alianza con Italia, la intervención en la guerra civil española al lado de Franco y la alianza con Japón con el objetivo de presentar resistencia a los rusos (pacto Antikomintern 1936), donde se conformo el eje Berlin-Roma-Tokyo (1937).

Fue durante el conflicto bélico en Danzig, lo que le llevo a invadir Polonia, y hay fue cuando Inglaterra y Francia reaccionaron ante la amenaza que se veía venir y le declararon la guerra a Alemania. La II W.W había estallado. Inmediatamente después la Wehrmacht (ejército Alemán) invade Dinamarca y Noruega, tan solo meses después, seguirán Bélgica y Holanda en 1940. El poderío nazi se encuentra en el apogeo de sus fuerzas, todo Europa se encuentra de rodillas ante el poder de la svástica. El moderno y bien suministrado ejército del Führer arrebata victorias en numerosos frentes. Recordando laI W.W, y cuan cerca estuvieron de tomar París, los ejércitos Alemanes de Hitler derrotan a los franceses en tan solo diecisiete días y toman París ese mismo año. Rusia no entraba en la guerra aún a causa de que se había firmado un Pacto de no agresión en 1939, acordando con Stalin el reparto de Polonia. Sólo Gran Bretaña resiste y estuvo cerca de ser invadida si no fuera por la heroica batalla aérea de Inglaterra en 1940-1941, cuando la Lutwaffe al mando de Göering se enfrentó a los poderosos aviones ingleses. Hitler conquista también Holanda, Luxemburgo, Yugoslavia y Grecia, mientras que Italia, España, Hungría, Rumania, Bulgaria y Finlandia son países aliados, mientras que Suecia y Suiza se encuentran en estado de neutralidad benévola.

Y es en este minuto en que Hitler comete el error más grande: abrir el frente oriental con Rusia (URSS). Las causas del enfrentamiento con Rusia provienen de las irreconciliables diferencias entre las ideologías de ambas naciones, además de la política y el sueño hitleriano del "espacio vital" que tanto ansía Hitler para que la población alemana se desarrolle sin límites. Bajo estas condiciones Hitler lanza un violento ataque contra la unión soviética teniendo que pelear en frentes occidentales tanto orientales y sin embargo, consigue un incontenible avance hasta llegar a Stalingrado en 1943, misma que estuvo a punto de caer, salvada solo por el cruel invierno Ruso, el mismo que haría caer a Napoleón. Se dice que el invierno en ese año fue el peor que se había vivido en décadas, las máquinas de guerra se atascaban, los soldados caían acabados bajo el terrible clima, y el ejército encargado del frente oriental fue destrozado de manera decisiva sin posibilidad de recuperarse posteriormente. El Tercer Reich Se encontraba herido de muerte.

Por otro lado, los estadounidenses que habían entrado a la guerra en 1941, llevaban a cabo el desembarco de Normandía, pieza clave para la victoria aliada.

Hitler poco a poco ve como toda posibilidad de llevar adelante su sueño comienza a venirse a bajo. Cada vez se le ve más decaído, le tiembla la mano a causa del mal de parkinson y su salud es bastante precaria. Poco a poco la gente en quien confía, incluidos sus generales comienzan a darse cuenta de que Hitler ya no está bien de salud, al optar por medidas con poca base para ganar la guerra. Ante el avance Ruso y Aliado, Hitler se esconde en su bunker junto a su perro y Eva Braun , la mujer que lo seguiría hasta el final con fé ciega y amor incondicional. Desde ahí con medidas desesperadas Hitler trata de sobrellevar la situación reclutando a todo habitante de Berlín en edad de portar armas, desde niños a ancianos, a que se sumen a la heroica defensa de la ciudad. Americanos y Rusos compiten por llegar primero al bunker de Hitler. Al final son los rusos los primeros en llegar. Derrotado y traicionado por casi la totalidad de sus colaboradores, Hitler se encuentra en su Bunker en espera del final. Ahí dentro se casa con Eva Braun y al siguiente día, ambos toman una cápsula de cianuro y Hitler se dispara un tiro en la cabeza y sus cuerpos son quemados para que no puedan reconocerse el 30 de Abril de 1945. Es así como terminó el sueño del Tercer Reich, el sueño de que una raza superior dominara la tierra y la librara de las razas inferiores y diferentes.

Discursos Públicos

-Discurso 1
-Discurso 2
-Discurso 3

-Habla el Führer ante la camara alta

Ante la agricultura alemana

¡Señor presidente!, ¡señores!:

Si podemos celebrar hoy otra sesión bajo la bandera negro-blanco-roja y bajo el símbolo del renacimiento nacional en Alemania es quizás porque el campesino alemán ha tomado grandísima parte en este nuevo curso histórico de nuestro destino. Se habla tanto de los motivos que determinan individualmente las acciones de los gobiernos y se olvida que todas las medidas adoptadas en ciertos tiempos tienen una misma raíz. Las acciones de años que están detrás de nosotros han partido también de una raíz y, exactamente ocurrirá con las de aquel tiempo que yace ante nosotros, que también de una raíz tendrán que partir.

Al hablar aquí en nombre del gobierno nacional, quiero hablar de la tendencia de que este necesita. Nos llamamos hoy un gobierno del levantamiento alemán, de la revolución nacional. Queremos decir con ello que este gobierno se siente y considera conscientemente como una representación de los intereses del pueblo alemán. Debe ser asimismo una representación de los campesinos alemanes, pues no puedo defender los intereses de un pueblo si al fin no reconozco la fuerza más importante en una clase social que significa efectivamente el porvenir de la nación.

Si paso la vista por sobre todos los fenómenos aislados de la economía, por sobre todas las transformaciones políticas, al fin queda siempre la cuestión esencial de la conservación de la nacionalidad en si. Esta cuestión solo podrá ser resuelta favorablemente cuando haya quedado resuelto el problema de la conservación de los campesinos. Que un pueblo podía existir sin ciudadanos, nos lo enseña la historia, que no es capaz de vivir sin campesinos, lo hubiera demostrado en un tiempo la historia si hubiese persistido el antiguo sistema. Todas las oscilaciones son al fin tolerables, todos los reveses de la suerte pueden ser conllevados siempre que exista una clase campesina fuerte. En tanto que un pueblo pueda contar con una clase campesina fuerte, sacara de ella, una vez y todas, nuevos bríos y nuevas fuerzas. Creédmelo, señores, la revolución que yace tras nosotros no hubiera sido posible si parte del pueblo del campo no hubiese militado en nuestras filas. Hubiera sido imposible conquistar solo en las ciudades todas aquellas posiciones de salida que también en nuestras acciones nos han dado el peso de la legalidad. Al campesino alemán debe, pues, el pueblo alemán la renovación, el levantamiento y con ello la revolución que ha de conducir al saneamiento general de las condiciones alemanas.

Todo gobierno que nos pare miente en la importancia de este fundamento portante. No podrá ser más que un gobierno del momento. Podrá dominar y gobernar por espacio de algunos años, pero nunca llegara a obtener éxitos duraderos ni mucho menos eternos, puesto que estos exigen que se comprenda una vez y otra la necesidad de la conservación del propio espacio de vida y, por consiguiente, de la propia clase campesina. Este reconocimiento fundamental exige la necesidad de obrar en numerosos sectores y la esencia de innumerables resoluciones individuales; servirá de idea fundamental y se sobrepondrá constantemente a todas nuestras acciones y a nuestras resoluciones.

Pensando de manera tan fundamental no se perderá jamás el suelo bajo los pies, darán siempre y primeramente con lo justo, aun cuando los hombres, que todos lo somos, no hayan elegido y hallado temporalmente, una vez que otra, lo justo y verdadero. Creo por tal razón que este gobierno, viendo su misión en la conservación de la nacionalidad alemana, la cual, a su vez, esta atendida principalmente a la conservación del campesino alemán, no tomara nunca resoluciones falsas. Puede que aquí y allá yerre en sus medios, pero no lo hará nunca en lo esencial y fundamental.

Es cuestión de valor no ver solamente las cosas tal cual ellas son. Habrá que romper con muchas tradiciones antiguas, habrá en algunos casos que verse precisado a oponerse a la opinión pública. Podrá hacerse esto tanto mejor y tanto mas pronto, mientras mas cerrado este un bloque de la nación detrás del gobierno. Una cosa es imposible: que un regimiento sea capaz al fin de pelear hacia todas direcciones. Si es que un gobierno lucha por la conservación de la nacionalidad alemana y consiguientemente por la del campesino alemán, es precisamente esta nacionalidad la que ha de secundar las acciones y los hechos del gobierno. Esto le da entonces aquella estabilidad interior que necesita para adoptar resoluciones que por el momento son difíciles de defender, pero que forzosamente hay que adoptar y cuyo éxito no podrán ver en el acto nuestros hermanos obcecados en un principio, pero de quienes se sabe que acabaran por contribuir a la salvación de toda la nación.

Si los campesinos alemanes han encontrado hoy una gran fusión, el hecho de poner grandes masas del pueblo detrás del gobierno facilitara grandemente la actuación de este en lo futuro. Creo que en este gobierno no hay nadie que no este animado del sincero deseo de llegar a esta estrecha colaboración. En la solución de este problema vemos al mismo tiempo la salvación del Pueblo Alemán en lo futuro, no solo para 1933 o 1934, sino para los tiempos más remotos.

Estamos dispuestos a adoptar aquellas medidas, y a ponerlas en práctica en los próximos años, de las cuales sabemos que las generaciones venideras las reconocerán como justas y las fijaran definitivamente.

Ya era tiempo de encontrar la fuerza para adoptar resoluciones a las cuales debemos, en el mas profundo y ultimo sentido, la salvación de la Nación Alemana.

Estamos dispuestos a echar sobre nuestros hombros tan difícil lucha. Por la ley de autorización se ha conseguido que la acción de salvación del Pueblo Alemán se libere y desprenda por primera vez de las intenciones y consideraciones de partido de la que ha sido hasta ahora la representación del pueblo. Podremos hacer ahora con ella lo que creamos necesario para el porvenir de la nación pensándolo despacio y con sangre fría. Se han creado las presuposiciones puramente legales para su consecución. Eso si que es necesario que el pueblo tome parte activa en nuestra labor. Que no crea que la nación no tiene ya necesidad de tomar parte en la formación de nuestro destino por la sencilla razón de que el parlamento no es ya capaz de intervenir, inhibiéndolas, en las resoluciones. Todo lo contrario, lo que queremos es que el Pueblo Alemán vuelva en si precisamente ahora y se ponga detrás del gobierno cooperando vivamente. Se ha de llegar al punto de que cuando volvamos a apelar nuevamente a la nación, pasados unos cuatro años, no nos dirijamos a hombres que han dormido, sino que encontremos a un pueblo que en estos años ha despertado finalmente de su hipnosis parlamentaria y posea los reconocimientos necesarios para comprender las eternas presuposiciones de la vida.

Se que la labor que nos espera contiene problemas de enorme gravedad. No sólo porque al cabo de quince años de no apreciar las presuposiciones mas naturales de la vida debemos empezar con los principios mas sencillos de la razón, sino porque durante este tiempo ha tenido lugar un inaudito enlazamiento de intereses y no se puede dar un solo paso sin tropezar con corrupciones que hay que exterminar a toda costa, ya sean de carácter espiritual o material. Sea como se quiera, este problema tiene que ser resuelto, y se resolverá. Si el Pueblo Alemán conoce detrás de si milenios de un destino lleno de vicisitudes, no ha de ser la voluntad de la providencia el que antes de nosotros se haya luchado y sacrificado para que las futuras generaciones echen a perder su vida ellas mismas y no puedan entrar en los milenios del porvenir. Las grandes luchas del pasado hubieran sido inútiles si dejásemos de luchar por el futuro.

Los sacrificios que nosotros mismos hemos hecho por la conservación del Reich, han sido pesados. La generación que peleo en esta guerra mundial ha sufrido lo indecible. No es justo poner solo esto en la cuenta, pues debemos pensar en lo que han hecho, sufrido y batallado las generaciones que nos precedieron. Debemos contar la suma total de los sacrificios hechos antes de nosotros, no para que una generación capitule ante el destino y se extingan las de los tiempos futuros, sino en la esperanza de que cada generación cumpla, por su parte, con su deber en esta eterna sucesión de generaciones.

Ante nosotros se levanta hoy este deber exhortándonos a su cumplimiento. Por espacio de quince años se han cometido los más graves pecados, sin excepción alguna, unos conscientemente activos, otros pasivamente por toleración. A nosotros nos toca proceder juntos y de acuerdo para borrar las huellas de este tiempo.

El problema podrá ser muy grande, pero si ha de ser resuelto, habrá que resolverlo. Rige también aquí la eterna máxima: donde reina una voluntad inquebrantable, podrá quebrantarse igualmente una época de penuria.

El enemigo de los pueblos

-El enemigo de los pueblos

¡Compatriotas, hombres y mujeres alemanes!

En el invierno del año 1919-1920, nosotros los nacionalsocialistas formulamos por primera vez públicamente la pregunta al Pueblo Alemán: ¿Quién es culpable de la guerra? En vista de la orientación del gobierno de entonces de los héroes de noviembre, "diputados del pueblo", así como por la total confusión de las masas seducidas por éstos, esto era una empresa arriesgada. Y, en efecto, también recibimos de inmediato de todas partes la respuesta estereotípica de despreciable auto-denigración: "Lo confesamos, los culpables de la guerra somos nosotros", y el gobierno "alemán" de entonces en Munich publicó así llamados documentos que debían exponer nuestra culpa en la guerra ante todo el mundo. ¡Sí! Toda la revolución ha sido hecha artificialmente en base a esta mentira sencillamente monstruosa. ¿Por que sino no se la hubiera podido esgrimir como formula propagandística contra el viejo Reich, que sentido se le hubiera podido atribuir entonces a la traición de noviembre? Se necesitaba esta calumnia del sistema imperante hasta ese entonces para poder justificar con ello delante del pueblo la propia acción infame. La masa criminalmente azuzada y engañada estaba pronta a creer desaprensivamente todo lo que los nuevos hombres del gobierno le decían. Estaba pronta a abuchear a todo el que osaba la afirmación que no Alemania sino potencias bien distintas tenían culpa del desencadenamiento de la guerra. Los sepultureros marxista-democrático-pacifistas del viejo Reich gritaban: "el solo hecho de que fuera resuelta por las armas una guerra prueba que fue la obra del sistema monárquico-capitalista-pan germano corrompido por la disipación. ¡Los pueblos civilizados de ninguna manera hacen la guerra entre ellos!". Pues bien, las consecuencias de la civilización que hemos alcanzado a través del día de gracia del 9 de noviembre, se ve en todos los rincones de la Europa encendida, en subversión y violencia. Según nuestra opinión, los tiempos sin "liga de las naciones" fueron con mucho los mas honestos y los mas humanos. Los otros, por cierto, afirman en cambio que nosotros hemos alcanzado la era de máxima cultura.

Preguntamos: ¿Debe haber guerras? El pacifista responde: ¡no! El declara en especial que las disputas en la vida de los pueblos son solamente la expresión del sojuzgamiento de una clase humana por la burguesía que en ese momento gobierna. En caso de efectivas diferencias de opinión entre los pueblos afirma que debe decidir un "tribunal de paz". Pero deja sin respuesta la pregunta acerca de si los jueces de este tribunal arbitral también tendrían el poder de hacer comparecer siquiera a las partes ante los estrados. Pienso que un acusado por regla general solo acude "voluntariamente" al juzgado porque en caso contrario seria llevado a él por la fuerza.

¡Quisiera ver a la nación que en caso de litigio se deja arrastrar sin compulsión exterior ante este tribunal de la liga de las naciones! En la vida de los pueblos decide en último término una especie de juicio de dios. Hasta puede suceder que en una controversia de dos pueblos ambos tengan razón. Así Austria, un pueblo de 50 millones, de cualquier modo tenia derecho a una salida al mar. Pero Italia, como en la franja territorial en cuestión primaba la población italiana, exigió para si el "derecho de autodeterminación". ¿Quien renuncia voluntariamente? ¡Nadie! Decide la fuerza propia de los pueblos. Siempre ante dios y el mundo el más fuerte tiene el derecho de hacer prevalecer su voluntad. La historia da la prueba: ¡al que no tiene la fuerza el "derecho en si" no le sirve de nada! Un tribunal mundial sin una policía mundial seria una broma. ¿De que naciones de la actual liga de naciones se reclutaría ésta? ¿Quizás hasta de las filas del viejo ejercito alemán? Toda la naturaleza es una formidable pugna entre la fuerza y la debilidad, una eterna victoria del fuerte sobre el débil. Nada más que podredumbre habría en toda la naturaleza si fuera de otro modo. Se corromperían los estados que pecan contra esta ley elemental. Ustedes no necesitan buscar mucho tiempo por un ejemplo de semejante podredumbre que trae la muerte. ¡Lo ven en el actual Reich!.

Debemos analizar que antagonismos existieron en Europa antes de la guerra mundial. Inglaterra y Rusia estaban en competencia comercial en la llanura baja Bengali, en Afganistán, etcétera. Con Francia, Inglaterra estaba ya desde hace 140 años en conflicto por la hegemonía. A pesar de la guerra de rapiña llevada conjuntamente han seguido siendo hasta la hora presente, viejos y encarnizados rivales. Francia estaba a su vez en oposición de intereses con Italia, sobre todo en el norte de África. Ninguna contraposición en cambio ha existido jamás entre Alemania y Rusia. Por el contrario, el estado industrial Alemania necesitaba perentoriamente otros años de paz; el estado agrario Rusia necesitaba muchas otras cosas, pero en ningún caso ampliaciones territoriales de cualquier índole a costa del imperio alemán. De la misma manera, Alemania no tenía superficies de fricción de ninguna clase con Italia. Sin embargo, en un juego de intrigas conducido con consumada arteria, primeramente Rusia fue azuzada contra Alemania y, por fin, todo el mundo contra nosotros. Es un engaño infame escribir hoy hipócritamente: "¡si en Alemania se hubieran matado a tiempo a los provocadores de la guerra, la Guerra Mundial nos hubiera quedado ahorrada!". Yo pregunto: ¿Dónde estaban, pues, en todo el mundo estos provocadores de la guerra? ¿Quienes son y de que medios se han valido?.

Con la denuncia del tratado de reaseguramiento de Bismarck con Rusia comenzó la campaña consecuente de azuzamiento de la prensa mundial judeo-democrática-marxista. En el Paris republicano aclama al "zar de sangre", en el Berlín imperial brama al mismo tiempo: "¡abajo con el zar!" la bolsa brama; los partidos democráticos y marxistas hacen lo mismo. Y mas, bebel, por lo general nunca dispuesto a conceder al "perverso militarismo" tan solo un soldado, un centavo para la protección contra Francia, pronuncio las palabras: "¡si vamos contra Rusia yo mismo cargo un fusil!". Y también en San Petersburgo es el mismo cuadro: desmedido azuzamiento contra Alemania, glorificación de Francia, nuevamente en las columnas de la gran prensa allí exclusivamente democrático-judeo-marxista. En asombrosa colaboración logran aquí como allá la democracia y el marxismo, con la probada conducción superior de los judíos que manejan los hilos, llevar a los alemanes y rusos, que originariamente tienen sentimientos recíprocos amistosos, a un antagonismo completamente insensato, incomprensible. Si el pueblo alemán no tenia motivo ni para odiar ni envidiar a Rusia ¿quien podía tener un interés tan ardiente en este azuzamiento artificial? ¡Era el judío! Él genero y alimento este odio hasta el día de la orden de movilización sonsacada al zar. ¡que era pues todo este liberalismo, nuestra prensa, la bolsa, la francmasonería... Instrumentos del judío! El zarismo ¿Debía ser derribado para conquistar al judaísmo de Rusia quizás los mismos derechos? ¡No! ¡Sino el poder! Como ya los poseía en otros estados democráticos. El judío pugnaba por un dominio absoluto en el país de las limitaciones, y no de las persecuciones de judíos, porque persecuciones de judíos no las ha habido ya en los últimos 200 años, sino solamente una continua persecución de cristianos. Para la destrucción de Rusia el judío ¿De que podía servirse sino solamente de Alemania? Terminar mas tarde con esta Alemania, eso lo considero un juego de niños. ¡Porque él conocía demasiado bien a los niños alemanes! Solamente en una prensa como la marxista alemana un Salomon Kosmanowsky (Kurt Eisner), podía atreverse a escribir: "¡Ya no hay retroceso posible! ¡Adelante contra Rusia! ¡Una misión liberadora de pueblos se presenta ahora a Alemania!". Solamente frente al Estado Mayor Alemán, políticamente por entero falto de instinto, semejante judío del este podía osar ofrecerse para el servicio!

La prensa mundial democrático-marxista-judia ha hecho de Alemania una victima de su política de alianzas. Ha aprovechado consecuentemente los antagonismos Austria-Rusia y Austria-Italia para provocar el estallido de la guerra con seguridad matemática. Austria-Rusia: ella atizaba la miope política polaca de Viena contra Rusia. Ella azuzo a los polacos en Cracovia y Lemberg al abuso de las libertades que allí les fueron dejadas. Ella azuzo en san Petersburgo: "el camino a Viena pasa por Berlín." ella azuzo hasta que el grado de la amistad mortal ruso-austriaca había sido alcanzado. Austria-Italia: simultáneamente azuzaba en Viena como en roma. Allí bramaba usando una palabra de Bismarck: "¡El que atenta contra Trieste toca la punta de la espada alemana!" ¡Bien! ¿¡Pero por que no se ha germanizado a Trieste!? Para esto se requería un puño de hierro, una voluntad de hierro. Pero ésta no la pudo reunir Viena. ¿Por qué? Porque en toda tentativa para ello la misma prensa comenzaba a azuzar en el sentido opuesto: "¿Bárbaros qué sois? ¡Pensad en la humanidad? ¡Derecho de autodeterminación! ¡Sed humanos!". ¡Pero con "humanidad" y democracia nunca han sido liberados los pueblos! La misma prensa democrática-marxista-judía entonó a la misma hora en Roma la canción de azuzamiento: "¡Libertad a vuestros hermanos y redentos! ¡El camino a Trieste pasa por Viena! ¡No hay retroceso posible! ¡Una misión liberadora de pueblos habéis de cumplir!". ¡Así la francmasonería judía de Italia a través de su prensa, pasando por encima de Austria, también azuzo a Italia a la guerra con Alemania! Porque la salida política que un gobierno alemán inteligente y decidido hubiera debido elegir, la misma prensa igualmente la supo impedir en Berlín echando mano de frases sentimentales. Porque en lugar de romper la estructura imposible de Austria a quien el espíritu interior faltaba tan por completo como para mantenerse como estado, incorporarse la Austria alemana y no el resto sea impelido Alemania a sumarse al destino de este miembro perdido.

En las relaciones entre Alemania y Francia imperaban contrastes fundamentales que ni por los telegramas de un Eisner-kosmanowsky ni por cobarde servilismo podían ser obviados. Antes de la guerra solo, era posible estar uno al lado del otro en armas. Es verdad que para Alemania la guerra de 1870-1871 significaba una terminación de la enemistad de siglos. En Francia, por el contrario, a través de todos los medios de la propaganda periodística, en los textos escolares, teatros y cines, fue cultivado un odio candente contra Alemania. Así como Berlín azuzaba contra Rusia, así París contra Berlín. Mineros alemanes acuden presurosamente a través de la frontera para llevar a colegas franceses ayuda en una terrible catástrofe. ¿Quién espeta las más odiosas calumnias? ¿Quien difama hasta la acción, que nació de genuina caballerosidad alemana? - Matin, Journal, etcétera. ¡Todos los periódicos judíos de Francia! ¡Buscar el conflicto y aprovecharlo, es también aquí la intención claramente reconocible del judaísmo mundial!.

El contraste entre Alemania e Inglaterra está en el terreno económico. Hasta 1850 la posición de potencia mundial de Inglaterra era incontrovertible. Ingenieros británicos, y el comercio británico conquistan el mundo. Alemania comienza a devenir, gracias a su mayor laboriosidad y acrecentada capacidad, un competidor peligroso. A corto plazo las sociedades inglesas que se encuentran en Alemania, pasan a ser propiedad de la industria alemana, es más, sus productos desplazan hasta en el mercado londinense a los propios británicos. La medida de defensa "made in Germany" tiene por resultado lo contrario de lo esperado: esta "marca registrada" se transforma en la propaganda más eficaz. La economía alemana no fue creada solamente en Essen, sino por un hombre que sabía que detrás de la economía también debe haber poder, dado que solamente el poder garantiza la economía, y este poder nació en los campos de batalla de 1870-1871, no en la atmósfera de parloteo de los parlamentos. 40.000 caídos han hecho posible la vida de 40 millones. Cuando Inglaterra frente a esta Alemania estaba en peligro de caer de rodillas, pensó en el último medio de la competencia de los pueblos: ¡en la violencia! Se inicia una grandiosa propaganda de prensa como preparación. ¿Pero quién es el jefe de la totalidad de la prensa de los comerciantes mundiales británicos? Un nombre se cristaliza: ¡Northeliffe! ¡Un judío! Él envía semanalmente 30 millones de diarios a todo el mundo. Y en un 99 por ciento la prensa de Inglaterra se encuentra en manos judías. "¡Cada niño alemán recién nacido cuesta la vida a un británico!". "¡No hay ningún británico que no ganaría con el aplastamiento de Alemania!". Así con las más ruines palabras-impacto se apela a los instintos mas bajos; se azuza con afirmaciones, calumnias y promesas tales como solamente el judío es capaz de idear, tales como únicamente periódicos judíos osan presentarlas a un pueblo ario. ¡Arriba, a salvar a las pequeñas naciones, por el honor de la Humanidad! ¡La misma mendacidad en la totalidad de la acción de azuzamiento en todo el mundo! ¡Su éxito lo siente el pueblo alemán muy dolorosamente!.

¿Qué razón tuvo finalmente Norteamérica de ir a la guerra contra Alemania? Pues bien: con el estallido de la Guerra Mundial tan largamente anhelada por Judá todas las grandes firmas judías de los Estados Unidos llegaron a ser proveedoras de guerra. Ellos aprovisionaron al "mercado" de guerra europeo en una medida tal como quizás no lo habían soñado, ¡una cosecha gigantesca! Pero a la voracidad insaciable del judío nada le fue suficiente. Así comenzó entonces la prensa venal dependiente de los reyes de la bolsa, una campaña propagandística sin igual. Su estructura, una gigantesca organización de la mentira periodística. Y nuevamente es un consorcio judío, la Prensa Hearst, el que da el tono para la campaña de azuzamiento contra Alemania. El odio de estos "norteamericanos" no se dirigía únicamente contra la Alemania comercial, y no tampoco quizás contra la militar. Se dirigía especialmente contra la Alemania social. Por que ésta se había mantenido hasta entonces fuera de las líneas directrices de los trusts mundiales. Es que el viejo Reich al menos ha hecho la tentativa honrada de ser social, es que podíamos mostrar comienzos sociales como ningún otro país de toda la tierra. Es que en la construcción de viviendas y de fábricas se prestaba atención en su mayor parte a la higiene, baño, luz y aire, en contraposición a la República de Noviembre, cuyas "direcciones de vivienda" apriscan a los seres humanos en conejeras. Antes los tranvías suburbanos aun llevaban a los obreros por diez centavos a sus colonias de casetas de madera cubiertas de verdor, las que, bajo la "asistencia" de la República de Noviembre, debieron enajenar o dejar en estado de abandono, porque o bien los tranvías se hallan completamente paralizados o los precios de los viajes se han hecho prohibitivos. El viejo Reich edifico escuelas, hospitales, institutos científicos, que provocaron el asombro y la envidia de todo el mundo. En la República de Noviembre sucumben diariamente tales lugares de cultura. Que el viejo Reich ha sido social en este sentido, que se permitió no considerar a sus seres humanos exclusivamente como números, en esto residió su mayor peligrosidad para la bolsa mundial. De ahí, la lucha de los "compañeros" dirigidos por judíos, también en nuestro país en contra de sus más caros intereses. De ahí la campaña difamatoria según la misma consigna en todo el mundo. Por eso la prensa judeo-democrática de Norteamérica tuvo que realizar su obra maestra: a saber, llevar por azuzamiento a un pueblo grande, pacífico, al que las luchas de Europa le eran tan indiferentes como el Polo Norte, "en aras de la cultura" a la más cruel de todas las guerras por medio de la propaganda de atrocidades ideada, mentida, falsificada en nombre de la cultura, de una infamia sin precedentes desde la 'a' hasta la 'z'. Porque este último estado social de la Tierra debía ser hecho pedazos, 26 pueblos de la tierra han sido azuzados recíprocamente por esta prensa, que se encuentra exclusivamente en poder de un solo pueblo mundial, de una sola raza, que en el fondo es enemiga a muerte de todos los estados nacionales.

¿Quién hubiera podido impedir la Guerra Mundial? ¿Quizás la "solidaridad cultural", en cuyo nombre justamente se practicaba esta propaganda de atrocidades contra Alemania por los judíos? ¿O quizás los pacifistas? ¿A lo mejor hasta los pacifistas "alemanes"? ¿Aquellos Nikolai, Förster, Quidde etc., pregonando a los cuatro vientos día tras día su calumnia del heroico Pueblo Alemán? Estos maestros del así llamado pacifismo mundial, que había sido inventado de nuevo exclusivamente por judíos. ¿Quizás la muy ensalzada solidaridad del proletariado? "¡Todas las ruedas se paran cuando tu fuerte brazo lo quiere!". Las ruedas del mundo han girado asiduamente. Únicamente una rueda se trato de parar en incesante trabajo de socabamiento. Con la huelga de las fábricas de municiones de 1918, que costó la vida a miles de combatientes del frente, aún no se logró del todo. Pero el 9 de Noviembre fue paralizada esa rueda: la rueda alemana. El partido socialdemócrata declaró textualmente en su órgano principal, "Vörwarts", que no estaba en el interés del trabajador alemán que Alemania gane la guerra. Yo pregunto en cambio: tú, trabajador alemán: ¿Está en tu interés que hoy hayas llegado a ser esclavo? Que tú mismo luchas y gimes mil veces peor que antes en una servidumbre personal sin perspectiva y sin esperanza, mientras que tus dirigentes sin excepción... ¿Pero quienes son estos dirigentes del proletariado? ¡Nuevamente judíos!.

¿Pero es que quizás los francmasones debían impedir la Guerra Mundial? ¿Esta la más noble institución filantrópica, que más clamorosamente anunciaba que se iba a colmar de felicidad al pueblo, y que al mismo tiempo fue la principal atizadora de la guerra? ¿Quienes son, pues, en realidad, los francmasones? Se distinguen dos grados. A los inferiores pertenecen en Alemania aquellos burgueses medios que en el fárrago de frases ofrecidas pueden alguna vez sentirse "alguien". Los responsables, empero, son aquellos multifacéticos que soportan cualquier clima, aquellos 300 Rathenau, que todos se conocen entre sí, que dirigen los destinos del mundo por encima de las cabezas de los reyes y presidentes de Estado. Aquellos, que sin escrúpulos se hacen cargo de cualquier función, que brutalmente saben esclavizar a todos los pueblos: ¡nuevamente judíos!.

Ahora bien: ¿Por que los judíos han estado contra Alemania? Esto al presente, demostrado claramente por un sinnúmero de realidades, es perfectamente evidente. Ellos usaban la antiquísima táctica de las hienas: cuando los combatientes desfallecen, entonces echa mano. ¡Entonces cosecha! En la guerra y en las revoluciones judá alcanzo lo casi inalcanzable. ¡Cientos de miles de piojosos judíos del este llegan a ser "europeos" modernos! Tiempos intranquilos son capaces de producir milagros. ¡¿Cuanto tiempo se hubiera necesitado antes de 1914, p. ej. en Baviera, para que un judío Galitziano llegara a ser presidente de ministros?! ¡¿O en Rusia un anarquista del ghetto neoyorquino, Bronstein (Trotzki), dictador?! Pocas guerras y revoluciones han sido suficientes para hacer del pueblo de los judíos el poseedor del oro rojo y con ello, el señor del mundo.

Este pueblo odiaba dos estados ante todo, que hasta 1914 aun le impedían la consecución de su meta de dominación mundial: Alemania y Rusia. Aquí aún les había llegado en forma total lo que ya poseían en las democracias occidentales. Aquí ellos no eran aún los únicos soberanos en la vida espiritual así como en la económica. Asimismo, los parlamentos no eran aquí aun exclusivamente instrumentos del capital y de la voluntad judíos. El hombre alemán y el ruso genuino habían conservado todavía una cierta distancia frente al judío. En ambos pueblos vivía todavía el sano instinto del desprecio a los judíos, y existía el gran peligro de que en estas monarquías podrían con todo surgir nuevamente un Fridericus, un Guillermo I, y que la democracia y las prácticas parlamentarias fueran mandadas al diablo. ¡Así los judíos se hicieron revolucionarios! La república debía conducirlos al enriquecimiento y al poder. Ellos disfrazaron esta meta: ¡caída de las monarquías! ¡Instauración del pueblo "soberano"! ¡Yo no sé si hoy es posible llamar soberano al pueblo alemán o ruso! ¡En todo caso uno no se percata de ello! ¡Pero de lo que el pueblo alemán se percata, lo que diariamente tiene ante sus ojos en la forma más crasa, es el desenfreno, la intemperancia en el comer y en el beber y la especulación, de los que hace ostentación el abierto escarnio del judío! El así llamado estado libre alemán se ha transformado en el refugio donde estas sabandijas pueden enriquecerse desenfrenadamente. Así tuvieron que ser derribadas Rusia y Alemania, a fin de alcanzar el cumplimiento de una vieja profecía. Así todo el mundo fue sacudido. Así han sido aplicados brutalmente todos los medios de la mentira y propaganda contra el estado de los últimos idealistas: ¡los alemanes! ¡Y así Judá gano la Guerra Mundial! ¿O quiere usted afirmar que el "pueblo" francés, el inglés y el norteamericano han ganado la guerra? Ellos todos, vencedores al igual que vencidos, son los derrotados. Una cosa se levanta sobre todos ellos: ¡la bolsa mundial, que ha llegado a ser el amo de los pueblos!.

Ahora bien, ¿qué culpa tiene Alemania misma en la guerra? Consistió en que en un tiempo, cuando ya el anillo se cerraba alrededor de su existencia, omitió organizar la defensa tan enérgicamente que por el despliegue de su poder o bien les fuese quitado a los demás a pesar se sus peores intenciones, el coraje de agredir, o bien que la victoria del Reich fuera garantizada. Es la culpa del pueblo alemán que en 1912 esos tres cuerpos de ejercito que el criminal Reichstag en increíble maldad y estupidez denegó, no los haya construido por encima de él. Con estos 120.000 hombre mas la batalla de Marne hubiera sido ganada y la guerra decidida. ¡Dos millones menos de héroes alemanes hubieran bajado a la tumba! ¿Pero quien en 1912 asi como en el ultimo año de guerra, cegó al pueblo alemán con aquella teoría: "todo el mundo depondrá las armas si Alemania lo hace? ¿Quien?: ¡el judío democrático-marxista, que a la misma hora y hasta el presente azuzaba y azuza entre los otros la carrera armamentista para el sojuzgamiento de la Alemania "bárbara"!.

Ahora quizás surja todavía la pregunta de si hoy es conveniente hablar sobre la culpa de la guerra. ¡Por cierto, hasta tenemos la obligación de hablar de ello! Por que los asesinos de nuestra Patria, que a través de todos los años traicionaron y vendieron a Alemania, son los mismos que como criminales de noviembre nos han arrojado al infortunio mas hondo! Tenemos la obligación de hablar sobre ello porque en un futuro próximo junto con el poder también tendremos la ulterior obligación de colgar a estos corruptores, canallas e incursos en alta traición en la horca, donde deben estar! ¡Que nadie crea que quizás ellos han cambiado! Al contrario, estos canallas de noviembre que hoy aún pueden moverse libremente entre nosotros, ellos también hoy actúan contra nosotros!.

¡Del conocimiento viene la voluntad de resurgir! Han quedado dos millones en la lucha. También ellos tienen derechos, no solamente nosotros los sobrevivientes. Hay millones de huérfanos, lisiados y viudas entre nosotros. ¡También ellos tienen derechos! Para la Alemania de hoy ninguno ha muerto ni ha quedado lisiado, huérfano o viuda. ¡Tenemos la deuda con estos millones de construir una nueva Alemania!

Derrotaremos a los enemigos de Alemania

-Derrotaremos a los enemigos de Alemania

¡Mis queridos compatriotas, hombres y mujeres alemanes!

En la Biblia está escrito: "Lo que no es ni caliente ni frío lo quiero escupir de mi boca". Esta frase del gran Nazareno ha conservado hasta el día de hoy su honda validez. El que quiera deambular por el dorado camino del medio debe renunciar a la consecución de grandes y máximas metas. Hasta el día de hoy los términos medios y lo tibio también han seguido siendo la maldición de Alemania. La situación de nuestra patria, según la condición geográfica una de las mas desfavorables en Europa, fue comprendida en realidad por primera vez, por el pequeño estado Prusiano, odiado, un rival en sentido espiritual y material para todos los pueblos circundantes, le quedo reservado a este pequeño estado modelo llegar a ser el adalid del pensamiento alemán hasta aquella unión de los troncos alemanes que en el fondo, a pesar de dos guerras ganadas, aun no era una unión.

Aun hoy somos el pueblo menos apreciado de la tierra. Un mundo de enemigos se alza contra nosotros y el alemán debe decidirse también hoy si quiere ser un soldado libre o un esclavo blanco. Las precondiciones bajo las cuales solo puede desenvolverse una estructura estatal alemana han de ser por consiguiente: unión de todos los alemanes de Europa, educación para la conciencia nacional y la disposición de poner todas las fuerzas nacionales enteramente al servicio de la nación.

Estas, solamente, son las condiciones fundamentales bajo las cuales podemos vivir en el corazón de Europa. El anciano gigante de la vida estatal alemana, Bismarck, ha mantenido totalmente esta línea directriz, y cuando él se fue vino el dominio de los términos medios, de lo tibio. En lugar de representación de intereses patrios se hizo política dinástica, en lugar de política nacional, la internacionalización. Las palabras-impacto de "echar un puente entre todos los antagonismos", de fraternización, de tregua y otras similares minaron la fuerza del pueblo alemán hacia adentro y hacia afuera. La judaización fue la consecuencia inmediata de esta política tibia, la judaización de la nación alemana, porque el judío no renuncia a su propia nacionalidad.

Industrialización, conquista económica pacifica del mundo fueron otros objetivos, según los cuales se procedió, sin tener en cuenta que no existe ninguna política económica sin espada, ninguna industrialización sin poder. Hoy no tenemos ya una espada en el puño, ¿Donde tenemos entonces una política económica exitosa? Inglaterra ha reconocido muy bien este primer principio de la vida estatal, de la salud estatal, y actúa desde hace siglos de acuerdo al fundamento de convertir fuerza económica en poder político, y el poder político debe a su vez, a la inversa, proteger la vida económica. El instinto de conservación del estado puede construir una economía; pero nosotros quisimos conservar la paz mundial en lugar de defender con la espada los intereses de la nación, la vida económica de la nación, y de abogar sin consideraciones por las condiciones de vida del pueblo.

Y en esto participan por igual todos los partidos del actual parlamentarismo. Los demócratas quieren salvar la democracia aunque Alemania sucumba por ello. Por la democracia afirma el demócrata que quiere morir, por lo general nunca se llega tan lejos. Una enormidad seria para él si la democracia sucumbiera. En la práctica se desarrollo, gracias a esta idea que conduce a la paralización del pueblo, el dominio de la bolsa y de los manejos bursátiles.

El centro representa la idea de la solidaridad de un determinado credo. Otros pueblos, por fanáticamente que piensen y actúen de acuerdo a los principios de su credo, son en primer término hijos de su pueblo y recién después abogan por una confesión determinada.

La socialdemocracia representa intereses político-mundiales; pero un proceder conjunto con los trabajadores de todo el mundo, por cierto, solo es posible en base a un mutuo respeto y posición de igualdad. El alemán debe ser en primer término un alemán, así como el inglés es un inglés, si quiere ganarse el respeto de los otros; y este respeto existe hoy en día menos que nunca. No se trata de si el obrero alemán se declara solidario con los obreros de otros países, sino si el obrero de otros países quiere declararse solidario con el obrero alemán.

Por lo demás el pueblo alemán no quería ser internacionalista. El mejor corazón del alemán dejo ir a la guerra hace nueve años a incontados millones entusiastamente, y hoy los obreros de essen, cuando ametralladoras francesas tabletearon en aquel funesto sábado dentro de sus filas, no fijaron su mirada en la solidaridad internacional, sino sobre Alemania y sobre aquel día que alguna vez llegara a ser el día de la venganza.

Debido a la mediocridad y debilidad de los partidos parlamentarios sobrevino, lógicamente, la mediocridad de los gobiernos. De esta manera, a partir del momento en que debía ser mantenida la "paz mundial" bajo cualquier circunstancia, por necesidad natural debió desarrollarse la guerra mundial. Hubiéramos podido concertar alianzas con metas firmes y grandes; con decisiones a medias no se lo puede hacer, y los canallas que anteriormente reflexionaron, y ponderaron ahorraron y fueron tacaños, tiran hoy millones sin provecho para el pueblo alemán*. Todo estaba bajo el signo de la mediocridad, de la tibieza, hasta la lucha por la existencia en la guerra mundial y mas aun la concertación de la paz. Y hoy la continuación de la política a medias de entonces ha llegado a ser triunfo. El pueblo unido entre sí en la ardua lucha, y aclaro que en la trinchera no había partidos ni confesiones, ha sido desgarrado por el dominio de los intermediarios rapaces y pillos. La reconciliación y la compensación de los antagonismos, por cierto vendrían pronto si a toda "la compañía" se la colgara. Pero es que los intermediarios rapaces y pillos son "ciudadanos" y lo que es aun más importante, adeptos de aquella religión que el Talmud santifica.

No es el proletario quien ha llegado a ser señor, sino que el judío galiztiano se puso en el lugar de reyes que van cayendo. Ahora ya hace mas de cien años que esta trabajando en la desintegración de los estados europeos; siempre ha encontrado auxiliares y los encuentra aun hoy: severing aquí, poincare alla! No se hubiera podido hacer nada contra un pueblo de setenta millones si previamente no se le hubiera quitado la fuerza. Y el que quita al pueblo este poder de decisión interior es el culpable del hundimiento de la nación.

Hace tres años he declarado en este mismo lugar que el derrumbe de la conciencia nacional alemana también arrastrara conjuntamente al abismo la vida económica alemana. Porque para la liberación se requiere mas que política económica, se requiere mas que laboriosidad, ¡para llegar a ser libre se requiere orgullo, voluntad, terquedad, odio, y nuevamente odio!

¿Qué se puede esperar de los gobiernos? Ellos sueñan con un milagro. Ellos sueñan con negociar, pero ¡para negociar se requiere poder! Una delegación con refuerzos de cuero en las rodillas va a Paris, trae de allí la decisión como don de gracia que allí es dictada por un poder superior, y la Nación Alemana da las gracias a la delegación por su "sentido del tacto", por su "sabia mesura", por su comportamiento en el "sentido de la mas auténtica democracia", y el pueblo sucumbe a consecuencia de ello. Aun se puede comprar carbón, aun no ha desaparecido el último marco de oro. Tres cuencas carboníferas ya han sido enajenadas por dinero, pero yo creo que no nos será ahorrado aplicar a nosotros la sentencia de clemenceau que rezaba: "Me batiré delante de Paris, en París y detrás de París". Por cierto con una pequeña modificación: no nos quisimos batir delante del ruhr, no nos quisimos batir en el ruhr, tendremos que batirnos detrás del Ruhr. Los hambrientos que en los tiempos venideros clamaran por pan no serán alimentados por el munchester post y los 20 millones de alemanes que se dijo están de más en Alemania, deberán enfrentarse con un terrible destino. Y cada cual deberá preguntarse: ¿también estarás tú entre ellos?

La hoz, el martillo, la estrella y la bandera roja ascenderán sobre Alemania; pero Francia no devolverá el territorio del Ruhr. ¿Qué se puede hacer contra estos dos terribles peligros que amenazan con aniquilarnos? Desde arriba no viene el espíritu, el espíritu que purifique Alemania, que con escoba férrea limpie el gran establo de la democracia. Hacer esto es el cometido de nuestro movimiento. No ha de gastarse en superfluas batallas oratorias, sino que el estandarte con el disco blanco y la svástica negra será enarbolado sobre toda Alemania el día que será el día de la liberación de todo nuestro pueblo.

* Alusión a los responsables de la destrucción de Alemania que se opusieron por onerosos a los presupuestos militares y después provocaron la esclavitud de Alemania por el Tratado de Versalles.

Relevancia Histórica

No cabe duda de que lo más relevante de Hitler fue de cómo saco a Alemania de la gran crisis económica que poseía por el Tratado de Versalles y la crisis de 1929. Es impresionante la relación que obtuvo la militarización de Alemania con el resurgimiento de su economía, dándole trabajo a la población fabricando armamento y construyendo carreteras.
Otro hecho relevante es como llega poseer la mayoría de votos por un medio de persuasión ante su población e inculcándoles un odio racial, en especial a los Judíos, y un nacionalismo extremo. Conllevando todo esto al estallido de la II W.W y la catástrofe mundial.

La ambición y maldición del Führer


El racismo es una violación a los derechos humanos que consiste en la discriminación de las personas en razón de su pertenencia étnica o nacional, de modo tal que unas se consideran superiores a otras.

Digámoslo de este punto de vista: ¿Qué gran diferencia puede existir entre distintas naciones? ¿Qué tienen de distinto los judíos a la “supuesta” raza area?. La respuesta es simple, tan simple que un hombre que se hace denominar “El Líder” de una nación, un hombre que llevo a la catástrofe a su país y al mundo, dejando centenares de defunciones y un hombre que estuvo al filo de poseer la hegemonía de Europa, y quien sabe talvez, la del mundo, no se la pudo responder. La respuesta es ninguna, no existe ninguna diferencia, o si talvez exista una, pero es: el color, la cultura, sus creencias. ¿Motivo alguno para llegar a querer exterminar a esta gente?, no. A que quiero llegar con esto, a que como es posible que una persona inteligente, y digo inteligente por que fue capas de organizar todo un país que estaba en la quiebra y volverlo una potencia en un lapso de menos de 10 años, sea capas de lavar el cerebro de toda una nación para cumplir sus ambiciones y hacerles creer que los culpables de sus desgracias económicas sean los Judíos. Es cierto que Hitler saco a Alemania de la gran depresión en la que estaba, cosa que en que es casi imposible realizar en tan poco tiempo, y es cierto que es impresionante los método que uso para resurgirla; pero no es motivo para llegar al punto en el cual el llego.

Pensemos un poco y preguntémonos que pasaría si llegara cada cierto tiempo personas como estas, que deseen hacer con la demás gente lo que quieran; seria una catástrofe total, un mundo de locos en donde la moral no existiría sino para ellos, un mundo en donde deberá sobrevivir el mas fuerte e inteligente.

La verdad, es que, este asesino, lacra de persona como quiera llamarlo, no fue cien por ciento lacra, este hombre que resurgió la Alemania de la cenizas fue consumiéndose poco a poco por la ambición del poder y por esa sed de venganza que poseía ante el mundo, en especial los Judíos, lo cual lo llevo al punto de la locura y suicidio. Y es aquí donde quiero culminar este ensayo dejando como ejemplo a este personaje, lo que nos puede llegar a pasar por los ideales extremistas (que todos poseemos) y por esas ambiciones, por pequeñas que sean y a las conclusiones que nos llevaran estas, “La muerte de nuestro ser”.

Conclusión

Comenzaremos esta conclusión afirmando la hipótesis que dimos en un comienzo (introducción), como se dijo, Hitler era un simple vagabundo que escalo entre la sociedad hasta la cancillería y posteriormente la provocación de la segunda guerra mundial. Pero esto poseía unas causas que eran la exterminación de la raza que no fuera area. Todo estos propósitos fueron conllevados por la crisis en la cual fue afectada Alemania, culpando a los judíos y odiándolos hasta el punto de matarlos, y como método de surgimiento elevando el ego del pueblo y proporcionando un nacionalismo extremo. Todo esto por el odio que sintió ante las naciones que los hundieron en el tratado de Versalles y los judíos que poseían la economía del país.

Inteligente fue Hitler, por el método que utilizo para resurgir Alemania (ya nombrado anteriormente) y las tácticas utilizadas en la II W.W. para el intento de conquista del mundo.
Muchos ven a Hitler como un tirano y asesino el cual por locura y sed de ambición provoco tantos asesinatos. Pero este, en cierto sentido, tenia sus motivos para realizarlos: los Judíos llevaron la economía al hundimiento y sin nombrar el injusto tratado de Versalles en el cual Alemania se hacia cargo de los desmanes provocados en la primera guerra mundial. Es probable de que si todo no hubiera sido tal cual fue, Hitler solo aya sido el gran hombre que resurgió a la Alemania de las cenizas, y no como el dictador que llevo al mundo a la II W.W y a la ruina de su propio país.